¿Sola? No del todo

Este año me acompaña a La Prusia una Puri de peluche. Porque como sabe que la voy a echar de menos, se me ha adelantado y me ha regalado un mini-ella para que no me sienta sola. Y como "si fueeeeeerrrra un peluchee, serrría una conejita verrrrrde", pues eso, que la Puri en su versión peluchito cruza el charco conmigo.

Ahora que ya he empezado a ojear la guía de Nicaragua, estoy gratamente sorprendida por el país. Al contrario de la masificación turística que sufre su vecina Costa Rica, Nicaragua aun goza de tierras vírgenes, de playas desiertas y de mini-islas que se pueden alquilar íntegramente para disfrutar de la intimidad selvática a lo Robinson Crusoe. Estas últimas, además, están cerquita de La Prusia, en Granada, y tienen toda la pinta de paraíso tropical de ese que nos venden en las pelis.

Es imposible planificar este viaje una vez pase el mes de trabajo en Casas de la Esperanza, pero precisamente desde la libertad que me da el no atarme a nada, no descarto quedarme a rutear Nicaragua en vez de Costa Rica.

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Estado: regulín